¿Quién puede conciliar el sueño? Cuando se avizora una pérdida del 27 por ciento del empleo turístico -eso significaría poco más de un millón de personas- súmale que la recuperación se concretaría hacia 2022 o 2023 según estudios de Cicotur que dirige Francisco Madrid.
La danza de cifras mundiales del sector no están lejanas; la Organización Mundial del Turismo (OMT) establece en el peor escenario hasta 78 por ciento en la contracción del flujo turístico global, tomando en cuenta que se perderían más de mil millones de viajes internacionales y el riesgo de perder entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo.
Si alguien está localizando al gran perdedor económico de la pandemia, díganle que ni le busque; se llama Turismo. El documento de Cicotur menciona dos argumentos básicos para confirmar su razonamiento: por un lado las restricciones a la movilidad de las personas tratando los gobiernos del orbe de reducir la transmisión, en síntesis; sin movilidad no hay turismo, aunado a la recesión económica global más el miedo al contagio dan como resultado algo parecido a la Gran Tormenta de 1703.
Para hacer una analogía de la catástrofe financiera en el turismo nacional ante la falta de visitantes en este 2020, es equivalente a la inversión que se necesitaría para construir 11 Trenes Mayas y casi 8 Refinerías Dos Bocas, para explicarlo más sencillo; equivale a 4.1 mil millones de pesos diarios.
El quebranto del Turismo impacta directamente las finanzas del país; si el PIB turístico pasaría de 8.7 por ciento a 4.9 por ciento, traería como consecuencia una reducción de 3.7 puntos del PIB nacional en 2020 y la reducción estimada en la captación fiscal será del orden de 101.5 mil millones de pesos.
El documento del Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) Anahuac observa: “El sector turístico requier recibir todos los apoyos posibles desde la política pública…una situación extraordinaria como la que hoy vive la industria amerita intervenciones en la misma medida: extraordinarias”.
@ElCastorOficial