La sonrisa del arquitecto Miguel Quintana, denotaba satisfacción y algo más; era la confirmación de uno de sus ideales desde que fundó Xcaret con los hermanos Constandse: apostarle a confiar en los suyos para crear desde casa.

La noche del reconocimiento en Cozumel fue inimaginable, de entrada, la presencia de Quintana Pali, un hombre que suele mantenerse en el anonimato, despegado de los reflectores y renuente a los galardones; por ende, verlo subir emocionado a recibir el “Business Innovation Tourism Award”, que le entregó Fetur Nacional a Grupo Xcaret, resultó conmovedor.

Hace 30 años -cuando iniciaron el parque que originó la empresa líder en recreación turística sostenible- ni siquiera existía una red comercial de internet en México, pero el grupo de soñadores-fundadores tenía muy claro que necesitaban vías alternas para promocionarse y vender sus experiencias. Dos cosas eran claras: no podían competir con presupuesto -porque no había- y su único capital era la creatividad y el entusiasmo de su personal, un capital muy riesgoso dada la inexperiencia en el ramo.

Dicen que las sandías se van acomodando con el tránsito de la carreta y en Xcaret, se fueron ajustando los detalles sobre la marcha. Al principio se alinearon al modelo de las empresas exitosas a nivel mundial hasta que surgieron las primeras versiones del ecosistema digital; ese parecía ser el camino, los socios mostraron apertura y el equipo hizo el resto. El desafío era apostarle a blindar sus canales de ventas oficiales, una tarea compleja, pero se comprometieron a desarrollar los programas más seguros, para que los productos turísticos del Grupo Xcaret se comercializaran exclusivamente a través de sus canales oficiales, que, a la fecha, son una realidad.

Ya tienen más de una década desarrollando estrategias basadas en las mejores prácticas digitales, transitando a la par de las tendencias mundiales para mejorar su planificación interna, además de enfocarse en las experiencias del usuario, ahí está la clave para fortalecer eso que llaman: cultura de conciencia para la compra segura.

Ahora entiendo la sonrisa de satisfacción del arquitecto Quintana; más allá del reconocimiento que siempre es reconfortante, era ratificar su jugada, por creer y apostarle a su equipo y a las prácticas digitales en particular.

@elcastorviajes