Turismo Religioso; dejado de la mano de Dios.
Siendo el segundo país con más católicos en el mundo y no aprovecharlo para beneficiar a las comunidades que habitan en torno a los santuarios de fe, más que lamentable, es una pesadumbre por ver cómo se desperdician oportunidades a favor del turismo.
En el mundo hay casos de éxito de Turismo Religioso; el Camino de Santiago en España no recibe ni el uno por ciento de los más de 23 millones de fieles que visitan a la Virgen de Guadalupe a lo largo del año, pero las diez rutas -tres de ellas Patrimonio de la Humanidad- son un gran producto turístico que está en el inconsciente colectivo del mundo, ya sea por experimentar un reto de superación personal, por deporte, por cultura o religiosidad.
Ni los 12 siglos de antigüedad que tiene el Camino de Santiago, son un pretexto para achicarse en el comparativo, ya que la peregrinación hacia Santiago de Compostela tenía menos de mil visitantes aún en los años ochentas. Todo está en la voluntad y en la estructura que se le dio al producto turístico para hacerlo muy popular en el orbe.
Pocos conocen los valores extra de una peregrinación a cualquiera de los 202 santuarios de fe en México. Si existiera producto turístico, alargaría en automático la estancia del peregrino, pero hay una raquítica comunicación al respecto.
Derrama si existe -aunque muy baja; 700 pesos diarios con todo y hotel- porque también han hecho del mal servicio una costumbre. Ahora bien, si tomamos en cuenta todo lo que dejó de caer a las arcas, producto de las cancelaciones de peregrinaciones a raíz de la pandemia por Covid-19, no son tan despreciables las cantidades: el 12 de diciembre, día de la Guadalupana, se dejaron de percibir 11 mil millones de pesos o los 4,250 millones de pesos anuales que, a consecuencia del desastre sanitario, ya no se vieron en la Región Altos Norte de Jalisco, donde se ubica la Basílica de San Juan de los Lagos.
Hay una gran oportunidad de ganar-ganar en este segmento, pero antes de cualquier acción, es importante la voluntad de las autoridades eclesiásticas, de los empresarios y el gobierno para realizar un gran proyecto que eleve de calidad al Turismo Religioso.
Se presta la ocasión también para que la iglesia católica gane feligreses a través del Turismo Religioso, es cosa que se decida.
@elcastoroficial