En el centro del ring Fonatur lanza jab amenazando que “se retiraría del destino si no se respetan los planes maestros originales”, sin descuidar la guardia, Sectur aplica un uppercut diciendo: “el argumento lo tiene que dar por escrito para poderlo contrastar con el punto de vista de los inversionistas”.
Cancún resultó la sede del encuentro, pero desde diferentes eventos; los protagonistas fueron Miguel Torruco secretario de Turismo Federal y Alejandro Varela, director jurídico de Fonatur; los proyectos Grand Island y RIU Riviera Cancún motivaron el intercambio de posturas encontradas.
Antes de continuar aclaro que remito los dimes y diretes al plano boxístico solo para “caricaturizar” la escena, nunca motivando la violencia verbal porque ambos funcionarios expresaron en buena lid sus argumentos y se aprestaron a defenderlo. Lo que me gustó de este ejercicio es el disenso. Una muestra de que en un nuevo orden democrático se pueden tener opiniones diferentes y expresarlas con claridad.
Habría que aclarar que ninguno reñía contra el otro, solo resultaron opuestas sus versiones sobre un mismo tema, el mismo día en la misma ciudad. Ya que en el “chip” de Torruco no está confrontarse con compañeros de gabinete y mucho menos con funcionarios que no son de su mismo peso -vuelvo a la analogía boxística- sin pretender discriminar, porque es cierto que, a la hora de impugnar, los argumentos no tienen “gafete”.
En el tema que confrontó a Torruco y Varela ambos tienen la razón; por un lado, cumplen con requisitos y generan empleos con inversiones por arriba de los 10 mil millones de pesos que aportará Grand Island Cancún, mientras que RIU Riviera Cancún desembolsaría 95.6 millones de dólares, pero Fonatur se niega a aceptar la sobredensificación con proyectos que pueden traer gravísimas consecuencias ambientales, sociales y viales.
Interesante saber los puntos de vista, aunque es un tema que corresponde al municipio, al estado y en su defecto a SEMARNAT.
@ElCastorOficial