Aquel personaje que sea capaz de convencer al primer mandatario de la nación, Andrés Manuel López Obrador, de echar atrás la idea de eliminar los fines de semana largos, es al que hay que cooptar en el gremio turístico; de otra manera, el presidente mandará una iniciativa fast track que dejará a los diputados acorralados y votarán al estilo de siempre.
Ayer ante la Comisión de Turismo, se reunieron los protagonistas de la materia, para celebrar el Foro de análisis en torno al nuevo calendario vacacional. Entre los mejores argumentos se presentó el trabajo de Cicotur (que mencioné semanas atrás) realizado en conjunto con Asetur y la Asociación Nacional de Cadenas Hoteleras.
La propuesta que llevó Francisco Madrid, quien dirige Cicotur, tiene que ver con el fortalecimiento de la memoria histórica y con la ampliación de los beneficios de los fines de semana largos. Ahí está la esencia para persuadir a los legisladores.
Cuando le llegó el turno a Luis Araiza, quien está al frente de SETUES en Baja California Sur, además de presidir la Unión de Secretarios de Turismo, planteó la necesidad urgente de que la federación apoye al sector: “El mundo vive una situación complicada…se prevé un menor crecimiento económico mundial generado principalmente por la presencia del coronavirus…Estados Unidos plantea cerrar su frontera sur como medida para controlar la epidemia…la inversión extranjera directa en el ramo turístico cayó 12.4 por ciento el año pasado, la cifra más baja desde hace 20 años”.
Otra de las sugerencias que aportó también durante el Foro fue la expresada por Jorge Hernández, presidente de FEMATUR: la creación de tres fines de semana largos al año, uno por temporada y que estén desligados de las festividades.
Hay un razonamiento que no tenía en el radar y que me atrapó; lo comentó Juan Carlos Arnau, vicepresidente de asuntos Internacionales de FEMATUR: De eliminar los fines de semana largo no solo es un golpe económico a la industria turística, también se estigmatiza la actividad y se le da una connotación simplista al rebajarla únicamente a una actividad de placer cuando es una columna de la economía del país. Su propuesta fue concreta: legislar para que pueda ser deducible de impuestos, un viaje familiar a destinos nacionales al año.
Si tienes el nombre de la persona que pueda convencer al presidente, el Turismo te lo agradecerá, mientras tanto sigo buscando.
@ElCastorOficial