Los enlaces matrimoniales nunca han salido bien a los integrantes de la 4T; a la hora del casamiento, se dejan llevar por los acordes de la vanidad y permiten que el inconsciente colectivo fifí, los revuelque en el escándalo.

La primera muestra del bochornoso acto de caer en la tentación “conservadora” por contraer nupcias fastuosas, la dio César Yáñez, el siempre leal coordinador de comunicación de Andrés Manuel López Obrador. Yáñez se fue a casar a la capilla del Rosario en Puebla con Dulce María Silva; después de ceder en exclusiva su boda a la revista ¡Hola!, Cesar Yáñez fue remitido a la congeladora de la relación presidencial, por poner en duda la filosofía de la austeridad republicana.

Quien la estaba librando más o menos, fue la entonces directora del Fondo Mixto de Promoción Turística de la CDMX, Paola Félix. En pleno semáforo epidemiológico en color rojo decidió casarse con Jorge Rizo en la Iglesia de San Agustín, en Polanco, aunque no se libraron de la polémica; todavía ahí, la Jefa de Gobierno sacó el pecho por ella y comentó que: “cada quién se tiene que hacer responsable de sus actos…”que hablaría con Paola, para conocer de viva voz lo sucedido y le pediría una explicación pública.

Apenas el fin de semana sucedió otro caso; con una salvedad, los novios no fueron los protagonistas de la desverguenza -bueno, no tanto- en esta ocasión, un grupo de invitados armaron el escándalo, previo al  desposorio entre el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, Santiago Nieto y la consejera del INE Carla Humprey, quienes intentando pasar desapercibidos, relizaron la ceremonia en Guatemala.

Todo empezó en el aeropuerto de La Aurora del país centroamericano, al aterrizar la aeronave con matrícula XA-MHA -según el reporte- en el que viajaban 10 pasajeros, entre ellos: Juan Francisco Ealy Ortiz, propietario del periódico El Universal, su esposa Perla Díaz, el productor teatral Alejandro Gou, la secretaria de Turismo de la CDMX Paola Félix y su esposo Jorge Rizo, más otros cinco invitados.

Al momento de realizar la diligencia de inspección ocular, conteo e incautación de dinero, observan que en la bolsa de mano de color negro, que se adjudica como propietaria Erika Telich Vidal -una de las invitadas y amiga personal de Perla Díaz- venían los diez pasaportes de los pasajeros y siete sobres color blanco con 5 mil dólares cada uno.

Esto alertó a los inspectores, porque en la boleta de declaración jurada regional de viajero número 0847431 omitió anotar o escribir la cantidad de dinero, pero cuando los agentes la entrevistaron, Erika admitió que sí transportaba 35 mil dólares.

El grupo de pasajeros permaneció retenido cinco horas aproximadamente en el aeropuerto hasta que se explicó que el dinero -que se quedó incautado- se usaría para propósitos médicos.

¿Cuál fue el ilícito de la secretaria Paola Félix? Ninguno. Su error fue tomar una aeronave que transportaba dinero en efectivo con una suma no permitida. Su pecado -me dicen personas cercanas a la jefatura de gobierno- estuvo en la cercanía que mantenía con Ealy Ortiz y una apología que escribió días antes, dedicada al presidente del periódico en sus mismas páginas, titulado: “52 años”. Cuando todos saben que es uno de los “adversarios” del presidente López Obrador.

Al final, Claudia Sheinbaum no quiere tener nada que le reclame el presidente o se contraponga al pensamiento lopezobradorista: “Nada está por encima del proyecto, Paola Félix cometió el error al subirse al avión privado” comentó la Jefa de Gobierno.

@elcastorviajes