Ya cumplió mayoría de edad el conflicto en el Parador Turístico “Hierve el Agua”; son más de 18 años en disputa y permanece sin resolución un problema entre dos bandos que desean adjudicarse el atractivo natural. Hoy está cerrado, para presionar a las autoridades a resolver en días, un problema agrario transexenal.

Hierve el Agua, es el atractivo turístico más visitado, de los que están cerca de la capital oaxaqueña, se ubica a poco más de 70 kilómetros; pero está subutilizado, carece de servicios de primera, no cuenta con personal capacitado, ni mantenimiento, y además se hacen cobros indiscriminados.

El primer pago se hace en la cabecera municipal de San Lorenzo Albarradas, donde solicitan 10 pesos por persona (según para apoyar las obras del camino de la comunidad) el segundo cobro es de 25 pesos que realizan en la comunidad de San Isidro Roaguía (donde se ubica Hierve el Agua) Además; las empresas turísticas tienen que pagar por uso de estacionamiento: 150 pesos por camioneta o auto, mientras que los autobuses desembolsan 250 pesos.

Allá por el año 2003, le tocó al gobernador José Murat, padre del actual mandatario estatal, reunir a los dos grupos hostiles -Albarradas y Roaguía- ahí aceptaron que cada uno recibiría el 30 por ciento de las entradas, mientras que el Gobierno del Estado administraría el resto, el 40 por ciento para mejorar la infraestructura.

No habían pasado ni siete meses cuando ambas comunidades, escondieron los acuerdos y sacaron sus armas, con lo cual escenificaron una balacera que dejó decenas de heridos y detenidos, más el cierre del lugar. Ya le tocó al gobernador Ulises Ruiz firmar un convenio con los lugareños para la reapertura del sitio turístico y el compromiso de mejorar las instalaciones, solo que en el camino pactó con el villano de este cuento: Manuel Pérez Morales, agitador social de poca monta, el verdadero poder tras el trono en la comunidad de Roaguia y quien se ha visto beneficiado económicamente.

Por una resolución de la Reforma Agraria, la icónica cascada petrificada le pertenece a Albarradas y ese es el principal tema que no haya acuerdo en el gobierno estatal para decidir de manera salomónica por quien le asiste el derecho. Con los días se incrementan los topes al diálogo; la comunidad de San Lorenzo Albarradas ya no quiere que aparezca en las negociaciones Pérez Morales por temor a represalias. Esto va para largo.

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