“Que terrible situación en la terminal, mi cliente tiene 3 horas en la fila, resulta inseguro estar aquí por el tumulto y el riesgo de contagio por Covid”; me envían este mensaje desde el Aeropuerto Internacional de Cancún, tratando de que ayude a solucionar la aglomeración registrada el domingo.
En su mayoría eran turistas extranjeros que regresaban a su lugar de origen, pero se encontraron con el caos, personificado por los agentes del Instituto Nacional de Migración. El colmo era que, para los miles de viajeros que deseaban salir, solo estaba operando un par de ventanillas.
La sorpresa también incluyó a los que arribaron a al aeropuerto mexicano que más visitantes extranjeros recibe, porque había pasajeros que no podían desembarcar; tal obstrucción impedía la circulación y los pasillos estaban saturados. Pero esta escena se repite una y otra vez, cuando podría solucionarse con voluntad desde hace mucho.
En primera, ¿cómo es posible que, para un gran aeropuerto, no tengan más personal del INM? En innumerables ocasiones han anunciado que asignarán más personal y todo queda en simulación porque llega -de los estados vecinos- personal comisionado por periodos vacacionales, que al poco tiempo se regresan.
Las quejas para Migración no cesan, las aerolíneas también se lamentan por no recibir dotaciones suficientes de formas migratorias; esta falla en la operatividad genera que las hojas del documento se entreguen llegando a Cancún y los pasajeros ante la presión, tengan que llenarla de pie y con la incertidumbre de escribir las respuestas correctamente, porque no existe personal que los auxilie.
El segundo punto que urge, lleva el encargo de cabildearlo en la Cámara de Diputados; los legisladores debieran impulsar cambios en la ley para permitir automatizar la salida de pasajeros. Tenemos el ejemplo de varios aeropuertos internacionales, pero para no ir tan lejos, podrían copiar el sistema de los Estados Unidos, donde con máquinas agilizan los trámites.
Aquí tenemos un ejemplo de cuando la cadena de voluntades a favor del turismo, se rompe. ¿De qué sirve apostarle a la conectividad y que el destino se ponga a negociar más vuelos? Cuando observamos que el INM simplemente no puede con el número de visitantes. Tan solo el sábado 19 de febrero en el aeropuerto principal de Quintana Roo, tuvieron 592 operaciones, de las que 229 fueron llegadas internacionales y 228 salidas hacia el extranjero. El domingo (fecha del caos por la tarde-noche) se registraron 542 operaciones con 197 internacionales que llegaron y 200 que salieron al mundo. Si Migración tiene los datos, simplemente que organice al personal ¿o es mucho pedir?
@elcastorviajes