Son reuniones muy bonitas -se pusieron de moda en los años de la posguerra- donde las amas de casa, a la par de convivir pueden comprar recipientes plásticos que se han vuelto un genérico. Cada 1.3 segundos se realizaba -antes de la pandemia- un encuentro de este tipo en el mundo.
Recuerdo que mi madre, mis tías y las vecinas salían muy satisfechas de esas fiestas donde la excusa era mostrar “topers”, pero lo divertido estaba en tratar de solucionar la vida de todas, cosa que raras veces sucedía. Así Sectur con la instalación de la Conferencia Nacional de Turismo. Se reunirá con los secretarios del ramo de todas las entidades -que ya hace de manera ordinaria- podrán platicar a gusto, escuchar el anecdotario del secretario Torruco, pero llegarán pocas soluciones si no están sentados todos los involucrados.
La recién instalada CNT es la versión modificada de la Comisión Ejecutiva de Turismo CET -prevista en la ley desde hace muchos años- con una gran diferencia; antes sesionaban en grupos de trabajo por materia y sentaban a las dependencias y entidades de cada subsector, en función del problema a resolver, podían citar a migración, aduanas, policía federal, sector privado, etc.
La sesión que vimos ayer de la Conferencia Nacional de Turismo no es nada nuevo, estaba prevista en el reglamento de la Ley de Turismo que se publicó durante la administración del presidente Peña Nieto, impulsada por Claudia Ruiz Massieu, prevista en los artículos 8,9,10,11 y 12 del reglamento.
Si la operación de SECTUR es TRANSVERSAL, que tan eficiente puede ser reunirse los que siempre se reúnen, si no cuentan con el compromiso y conocimiento de la problemática de una Secretaría de Hacienda o el Consejo Nacional Empresarial Turístico por poner algunos ejemplos. ¿Cómo convencer al legislativo de cambios a la ley que beneficien al sector si no están reunidos los presidentes de la Comisión de Turismo de las Cámaras? Las nuevas formas de la Conferencia, solo vienen a aletargar al elefante reumático de la SECTUR.
@ElCastorOficial