La falla fue de Marcelo Ebrard.
La orden fue emitida desde la cancillería, pero esta se ejecutó hasta que los 216 rumanos aterrizaron en Cancún. La consigna era regresarlos en el siguiente vuelo de Lufthansa, solo que hubo un “pequeño” detalle; la aerolínea alemana nada más llega tres veces por semana.
Todo fue confusión al intentar pasar por migración, inicialmente, los rumanos pensaron que era un problema biosanitario, producto de la pandemia por Covid-19; alterados los turistas reclamaban una explicación, ¿por qué no les informaron desde que abordaron el vuelo? pero cuando se descubrió que esa no era la causa, la ira arreció.
Lo que he podido indagar off the record, es que hay un acuerdo migratorio entre México y los Estados Unidos para cooperar contra posibles migraciones ilegales; de ahí que, cuando en el país gobernado por Joe Biden detectaron que varias decenas de rumanos estaban entrando a su territorio vía Cancún, pidieron la colaboración para detenerlos.
Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores no previeron la logística derivada de su decisión: ¿donde los iban a hospedar? ¿Cómo trasladarían a los rumanos a esas instalaciones? ¿Qué cuerpo de seguridad los custodiaría? ¿Quién les daría de comer? ¿Por qué no advirtieron a ASUR -operador del puerto aéreo- del problema que se venía?
Los turistas de Rumania llegaron el 30 de enero y algunas fotografías dan cuenta de la incómoda situación que pasaron después de cuatro días, durmiendo en el suelo, en la zona de espera de la terminal uno del Aeropuerto Internacional de Cancún y sin probar alimento; afortunadamente salieron al quite las autoridades turísticas del estado donde la misma secretaria de turismo, Marisol Vanegas encabezó la entrega de comida.
Trascendió que el canciller de Rumania, Bogdan Aurescu presentó una queja diplomática ante la embajada de México ubicada en su país; la explicación que obtuvo fue que varios de sus connacionales tenían alertas de viaje y otros no justificaron el propósito del viaje.
Después de cuatro días y con la presión de autoridades rumanas más los medios de comunicación, el secretario de Relaciones Exteriores permitió la entrada al grupo de turistas rumanos -aunque la mitad de ellos ya se había regresado a su patria- y lo transmitió vía twitter: “A la orden, trabajamos con el apoyo de INAMI para que no se vuelva a repetir. Bienvenidos a México los rumanos siempre”.
El año pasado llegaron a nuestro país 7,339 rumanos (pese a la pandemia) que no son pocos, si lo comparamos con Turquía que teniendo vuelos directos -enero a marzo y reiniciaron en diciembre- llegaron 6,321 turcos. La pregunta final para nuestro canciller es: ¿Quién hará el trabajo de PR para limpiar la imagen -por lo sucedido con los rumanos- de México en el exterior?
@elcastoroficial