Esta puede ser leída como una historia de amor y éxito empresarial, pero más allá del romanticismo, está una poderosa idea que puede ser reproducida por nuestros expertos gastrónomos a favor de los ingredientes mexicanos.
Juliana Strappa Rovetto llega a nuestro país con la idea de estructurar negocios y en lo que madura la idea, hace estudios de sommelier; ahí coincide con Eduardo Santacruz, el ya venía de recorrer el mundo por más de una década trabajando en restaurantes. Bastó una mirada, una cosa llevó a la otra y la chispa entre ambos hizo que explotara la magia.
Pudo ser la belleza elegante de Juliana o el porte aventurero de Eduardo, quizá el acento argentino de ella, aunque también cuentan los detalles de el y su lado farandulero. De repente se vieron atrapados en el amor y en proyectos de restaurantes.
Lo más extraño es que aterrizaron sus sueños en la frontera norte de nuestro país; Mexicali, es la tierra de los orígenes de Eduardo y así surgió Bianco Storico, en el nombre lleva el color de la materia prima: la harina, y el sustento filosófico del respeto por los ingredientes.
Bien vale un viaje a la capital bajacaliforniana por comer una pizza en este lugar, en primer lugar, porque está certificado por la AVPN, Associazione Verace Pizza Napoletana, (sólo cinco restaurantes en México, tienen la certificación) una entidad que tiene como misión, promover y proteger en Italia y en el mundo, la auténtica pizza napolitana, declarada desde hace cuatro años por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Aquí entra la idea ganadora que pudiera repetirse en nuestra patria; la AVPN certifica desde la harina; tiene que ser de la región -producida en el mismo molino de hace 700 años- igualmente el tomate utilizado, proviene de San Marzano o la mozzarella Fiordelatte con las características del lugar de origen, ¡el 80 por ciento de los componentes, son del país de la bota!
Imagina que una institución mexicana hiciera lo mismo con los ingredientes y platillos de nuestro país -nuestra cocina también es Patrimonio de la Humanidad- tanto en nuestro territorio como en el mundo; preservaríamos nuestras recetas y promoveríamos nuestros ingredientes y a nuestros productores.
Ahí se las dejo y regreso con la AVPN ¿Qué tan complejo es obtener una certificación? Revisan que el horno tenga las medidas y temperatura ideal. Las masas deben contar con fermentaciones de 48 horas en adelante -eso permite que los azúcares se degraden fácilmente y el organismo digiera mejor- en el estirado de la masa está mucho del arte de la pizza napolitana; si se estira perfecto, el dorado es ideal y no se amarga. Así lo aprendió el chef Eduardo Santacruz con el maestro pizzaiolo Antonio Starita.
Esta historia tiene final feliz: Juliana y Eduardo continúan enamorados, ya abrieron un segundo restaurante llamado Bianco Strada y tienen planes, y brillo en los ojos de felicidad.
@elcastorviajes