Escrita por Gabriela Albarran

El Quijote de la Mancha, La Torre de Pisa y El Gran Cañón conviven en las entrañas de la tierra junto a fantasmas, apaches y mineros. Para ver esta singular unión, basta con visitar  las Grutas Nombre de Dios ubicadas a tan solo 15 minutos del centro histórico de la ciudad de Chihuahua.

Las grutas se llaman así por encontrarse en la Sierra Nombre de Dios, bajo el lecho del Río Sacramento y en el corazón del Cerro del Caballo desde donde se observa contrastante, la ciudad de Chihuahua a sus pies.

El recorrido por las grutas es muy caluroso, llegando por momentos hasta los 32 grados centígrados y consta de 12 cámaras mayores y 5 salones mas pequeños que nos muestran en un kilómetro y medio, la majestuosidad de la naturaleza, ríos subterráneos y bóvedas mientras dejamos volar la imaginación buscando a qué o a quién se parecen las retorcidas estalactitas y estalagmitas formadas a lo largo de más de cinco millones de años, entre las que llama mucho la atención Corazón de la Gruta, una bóveda que al frente tiene la forma un corazón gigante.

Este atractivo natural fue abierto al público en el año 2000 y gracias al esfuerzo de los chihuahuenses, ha ido adquiriendo mayor popularidad. Las visitas guiadas se hacen en grupos de entre 15 y 20 personas, cuenta con área de rappel y con una atracción llamada “Ruta del Descenso” en la que se recorren las formaciones de las grutas con un toque de misterio y de terror,  mientras un guía narra las historias de todos aquellos que en tiempos pasados entraron en las profundidades de estas cuevas en busca de plata y nunca más volvieron a ver la luz. La fantasmagórica ruta cuenta además con actores caracterizados como mineros, gambusinos y diversos personajes que acompañan el recorrido y proporcionan datos históricos de manera divertida y un toque de terror.