Ahora la razón es un bien público, basta con emitir un mensaje por cualquier medio, incluidas las redes sociales para poseer la verdad absoluta y por ende menospreciar opiniones contrarias. No es que no se tengan argumentos; existen cifras y éstas se utilizan a modo, se maquillan, se muestra el lado frívolo que permita lucir en sociedad.

La autocrítica yace en el fondo del olvido; pocos valientes se atreven a mostrarla frente al espejo, ya no digamos frente al escrutinio de la sociedad, estos son los tiempos de la crispación y es más fácil inventar que afrontar la realidad. Ahora “el que emite más datos turísticos come más pinole”.

Reflexiono en torno al tema por el mensaje que emitió Carlos Mackinlay, secretario de Turismo de la CDMX en la Escuela de Turismo del IPN con motivo de la Toma de Protesta al Colegio Nacional de Licenciados en Turismo, Hotelería y Gastronomía de la Ciudad de México. Fue muy claro al exponer que “Necesitamos unir esfuerzos entre la iniciativa privada y el sector público, aún con pensamientos diferentes”. 

Este llamado a la cordura no es para abanderar un tema romántico; se trata de promover más la investigación turística para tomar las mejores decisiones, organizarse para fortalecer los órganos autónomos y obtener resultados que permitan emitir un juicio objetivo sin interpretaciones ostentosas de los políticos o que sirvan para la crítica rabiosa del bando contrario. Los datos darían rumbo a la estrategia turística no la cortina de humo que entorpece hoy la actividad.

Hoy es más sencillo con la tecnología; los metabuscadores de viajes tienen información, segundo a segundo de la manera en que reaccionan los viajeros, los turistas dejan su huella en las búsquedas y se pueden interpretar sus preferencias, además de conocer sus reacciones al momento y actuar en consecuencia.

Sumado a los Colegios de expertos en Turismo y los Observatorios de la especialidad, se hace una buena comunidad con información veraz que tira por la borda cualquier fake news o datos maleables.

@ElCastorOficial