Se les veía felices a los protagonistas de esta historia: El gobernador Mauricio Vila había cumplido el compromiso a la palabra con Miguel Torruco, éste había convencido a todos para realizar el Museo Casa Manzanero; el compositor yucateco se mostraba contento por este homenaje en vida y Pepe Chapur, el empresario que aportó el 50 por ciento de los 9 millones y medio, no paraba de sonreír.
Todos ganan con este modelo; Vila, el gobernador de Yucatán, suma una nueva obra a su administración y tiende un puente con la Federación. El cantautor universal Armando Manzanero vive la satisfacción de un recinto dedicado a el; “porque en este país solo se honra a los muertos” diría el creador de “Somos novios”. Chapur uno de los inversionistas -el otro fue el gobierno estatal a través de Cultur- añade un atractivo más a su Plaza Comercial Paseo 60. Pero el más radiante, la tarde del viernes en Mérida, durante la inauguración del Museo al compositor más prolífico de esta entidad, era el secretario de Turismo Federal, Miguel Torruco, quien consigue una de las rebanadas del pastel más grandes, al permear la idea de “sin poner un peso del gobierno federal, se logró un atractivo turístico más”.
Todo surgió un día que Torruco invitó a comer a su casa del Pedregal a Mauricio Vila y a su secretaria de Turismo Michelle Fridman. Ahí el anfitrión convenció al gobernador y a su colaboradora de construir una galería para el compositor de “Esta tarde vi llover”, luego llamaron al compositor y al empresario y cerraron el círculo virtuoso. Hoy el sueño se hizo realidad.
¿Hasta dónde tendría que llegar el “Modelo Torruco? En estos momentos de “Pobreza Franciscana” tendría que convocar a los protagonistas del turismo, cabildear grandes transformaciones, dejar de impulsar solo atractivos turísticos e ir por lo necesariamente vital para la crisis turística que estamos atravesando. Ahí se proyectaría como el gran estadista que el sector requiere.
Ya vio que el modelo funciona, ahora hay que llevarlo al siguiente nivel.
@ElCastorOficial