Si eres experto en música, no estás preparado para polemizar acerca del origen de este género musical; porque seguramente querrás dejar en claro que afloró en Luisiana Estados Unidos.

Esta vez escribo de algo más trascendental; concretamente, cuando emana Jazz en un destino turístico y sirve como conducto para sintonizar seres humanos con el mar, con la música, con la vida y hace surgir la verdadera esencia del ser.

Ayer quedó claro, en la presentación del Riviera Maya Jazz Festival número 18 que se llevará a cabo del 27 al 29 de noviembre. Eso me transmitieron, tanto el anfitrión Darío Flota director del CPTQ, como los invitados. La exposición ante los medios de comunicación parecía todo (tertulia, charla entre compas, reunión familiar, convivencia de bohemios) menos una conferencia.

Las anécdotas corrían como sangre entre las venas, todo se agradecía de corazón y presenciamos la intimidad de la amistad, contada con el corazón en las manos.

Como cuando el ingeniero Flota compartió el día en que conoció a los hermanos Toussaint (Eugenio, Fernando y Enrique) quienes por una extraña razón coincidieron en Mérida Yucatán, un amigo en común convenció al trio de hermanos de que “tocaran” pero apenados se negaron al no llevar instrumentos. Flota y sus amigos yucatecos terminaron prestando los instrumentos y el mismo Darío Flota sirvió como ingeniero de sonido. Años después Fernando Toussaint llegó a las oficinas de promoción, en Riviera Maya para solicitar apoyos y continuar con el Festival. Por circunstancias de la vida, Darío ahora estaba al frente del departamento y le confirmó los apoyos pero antes pidió que escuchara un cassette  (obviamente Toussaint no se acordaba de Flota) al oir la grabación que el improvisado ingeniero había hecho años atrás, solo musitó “suena bien” sin advertir que era Sacbé con los 3 hermanos Toussaint actuando.  

Honor a quien honor merece; la realización de esta edición del #RMJazz tiene que ver con la inspiración que imprimió el músico Diego Moroto, quien presionado por la situación económica, derivada de la pandemia, salió a las calles de la colonia Portales a bordo de una camioneta y tocó Jazz con su grupo para pedir cooperación. Al enterarse de esta historia, Darío se llenó de melancolía y de fortaleza a la vez. Se dijo que no cancelaría el evento, lo realizará sin gente con la participación de bandas nacionales.

También charlaron los músicos y compositores Pepe Hernández y Paco Rosas quienes comentaron que en estos momentos tan críticos hacen una labor “Titánica” sí, como los músicos de la película “Titánic”, mientras todo se hunde, ellos tienen que seguir tocando pese a todo. 

Total; asistimos a un concierto de amigos, de charlas amenas, esperanzados por verse pronto y tocar -pese al Covid-19- aquí si es necesario tocar para que el Jazz surja en Playa de Carmen. 

@ElCastorOficial