Esa es la cuestión; máxime en los tiempos de la 4T donde pedir presupuesto para promoción turística es un tanto irrisorio o solicitar mayor partida para los estados resulta ilusorio. Entonces ¿como afrontar algunas necesidades de la sociedad como: hospitales, escuelas, carreteras o seguridad? Contrasta aún más cuando la principal actividad económica de algunas entidades es el turismo.
A Baja California Sur le costó años para que se aprobara el AVE (Aprovechamiento al Visitante Extranjero) que hoy está en fase voluntaria y representan 18.50 dólares (aproximadamente 350 pesos a cada turista externo que los visite) eso les permitirá tener fondos para actuar a favor de su población.
Hoy Oaxaca vive la polémica por intentar aumentar el Impuesto al Hospedaje del 3 al 6 por ciento (el incremento del 50 o del 100 por ciento ya se ha hecho en Aguascalientes, CDMX y Michoacán entre otros) la principal crítica es que inhibiría la llegada de turistas en un mercado donde más del 96 por ciento son visitantes nacionales y casi un 4 por ciento son extranjeros.
De reformarse el artículo 55 de la Ley Estatal de Hacienda, lo recaudado se “destinará en publicidad e infraestructura vial, llámense carreteras o caminos que comuniquen el centro del Estado con sus destinos turísticos, así como implementar mayores medidas de seguridad que favorezcan tanto a los habitantes como a los visitantes”.
¿Afectaría la llegada de turistas? No, si están preparados con la fórmula aprendida: destino con servicio capacitado más un innovador producto turístico siempre estará en el radar del viajero, que no analiza un mayor impuesto sino una mejor experiencia.
Oaxaca puede hacer que los más de 14 mil millones de pesos que anualmente deja el turismo -principal actividad económica del estado- aumenten y permita incluso recibir más turistas internacionales, además de recibir visitantes que dejen una mayor derrama. Eso conviene a todos, siempre y cuando se conduzcan las finanzas con transparencia.
@ElCastorOficial