“No tienen derecho a realizarme pruebas ni mucho menos a poner cosas en mi nariz” así empezó el jaloneo entre turistas estadunidense y autoridades sanitarias que fue escalando hasta pretender tomar acciones legales en contra de las islas caribeñas de Antigua y Barbuda por imponer pruebas Covid-19 arribando al destino.
Ante las protestas de viajeros, los funcionarios de salud están convocando al cambio de protocolos de bioseguridad pues los visitantes consideran que se violan sus derechos al someterlos a una prueba de coronavirus y en caso de que resulten positivos, están forzados a permanecer en la isla por el período de cuarentena.
Después de deliberar, las autoridades acordaron que los turistas se sometan a una prueba antes de llegar. Influyó mucho el impacto que estaba teniendo su medida en aumentar el riesgo, ya que un grupo de viajeros que dieron positivo hace una semana, se resistieron a quedarse en la isla y tomaron un avión de regreso al día siguiente, con el peligro de contaminar a otros pasajeros que iban en el mismo vuelo.
Y mientras tanto en el primer mundo…
Instalan un centro de pruebas rápidas para la detección del Covid-19 en el Aeropuerto de Frankfurt con el apoyo de Lufthansa y Centogene; este laboratorio tiene capacidad para efectuar 300 pruebas por hora y facilita a los viajeros el certificado médico que exige la aerolínea alemana cuando vuela a destinos como Shanghái en China que impuso estos exámenes para permitir la entrada a los visitantes.
Más adelante -explicaron las marcas patrocinadoras- será posible que el resultado de la prueba realizada, aparezca en el ticket de salida emitido por Lufthansa para facilitar los trámites al abordar. El costo de los exámenes va de los 59 euros (1,097 pesos) y tarda entre 6 y 8 horas, hasta los 139 euros (3,513 pesos) y se entregan los resultados en 3 horas. Está la opción de realizarse la prueba un día antes de tomar el avión, siempre con previa cita.
Curioso que en Alemania o en China, nadie arme escándalos por los exámenes.
@ElCastorOficial