Agencias de viajes; peor que nunca.

“Paniagua no ha sacado la convocatoria para las elecciones de mayo, eso debe hacerse en la primera semana de enero, no respeta a la asociación ni a sus miembros” me comenta un socio de AMAV Nacional (quien pide el anonimato para evitar represalias) refiriéndose a su cuestionado presidente, Eduardo Paniagua.

Este es solo un capítulo más de pifias de una larga novela de agravios en contra de varios socios, de parte de quien preside la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes a nivel nacional. Por ello, desde el 1 de diciembre del 2020 varios presidentes de filiales se han separado de la Asociación, mientras Paniagua esté al frente de AMAV.

Son cinco estados, tres destinos turísticos, dos presidentes de comisión y un Vicepresidente, los que dijeron adiós -sin renunciar a sus derechos- en protesta por la inexistente rendición de cuentas (estados financieros) y 6 puntos más: falta de democracia, nulo respeto a los presidentes y socios de las filiales que se retiran, bloqueo con las autoridades estatales y federales, comunicación obstruida, bloqueo a socios que no concuerdan con el actuar del consejo directivo y su presidente además de difamación.

Estos motivos no son poca cosa y pone a la AMAV en situación crítica, pues el siguiente escenario es hacer una llamado a la legalidad, a través de instancias jurídicas.

Además, hay que tomar en cuenta que las filiales que se apartan (Nuevo León, Guanajuato, Michoacán, Aguascalientes, Tamaulipas, Huatulco, Ciudad Juárez y Puerto Vallarta) tienen peso en cuanto a número de socios y pueden equilibrar la balanza para enjuiciar a Paniagua.

Un gran porcentaje de los asociados a AMAV ya se dio cuenta que con los tropiezos continuos de Paniagua, le están restando prestigio e influencia a la Asociación y por ende, con su ineptitud se está cerrando las puertas con empresarios y secretarios de turismo; pocos resultados positivos puede dar con esa imagen deteriorada y dividida en que tiene sumida a la agrupación más conocida de agencias de viajes.

Los que conocen a quien está presidiendo la AMAV, saben que Paniagua no reconocerá sus yerros, la humildad no se le da, prefiere darle largas al asunto; por ello, se espera una prologada lucha entre abogados, ahí es donde puede perder, porque no cuenta con argumentos transparentes para defenderse ni presupuesto para contratar un buen abogado, en ese terreno -por la soberbia- le puede ir muy mal.