“¡Cómo! En tiempo real, no me gusta hablar nada mal de mi hermoso puerto…son las 2.43…53, es… el día hermoso… ¡ver esto! ¿Qué pasó? No lo se, pero está grueso este rollo”. Así narraba por facebook José Luis “Chiwy” Velasco Del Castillo la imagen terrible del torrente de aguas negras desembocando en la Bahía de Santa Lucía.
El video solo necesitó de unos minutos para hacerse viral; apenas me estaba llegando por el grupo de reporteros de whatsapp cuando apareció en los noticiarios. Ni bien paraba de llover en el Puerto de Acapulco Guerrero cuando las autoridades municipales, estatales y federales aclaraban el tema.
Por las mismas redes sociales apareció en escena el Ingeniero Leonel Galindo, director general de CAPAMA (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco) para explicar las descargas de aguas negras -a las que el ingeniero Galindo llamó aguas pluviales- en Playa Icacos y Krystal Beach: “La cuenca hidrológica producto de la lluvia, nace en el Anfiteatro e inicia su cauce cuesta abajo, lavando todo a su paso, hasta descargarlo en la bahía”.
A favor de los tres niveles de gobierno; reaccionaron rápido y se reunieron en Playa Icacos para explicar que en los meses previos a la temporada de lluvia, los servicios públicos del municipio se dieron a la tarea de limpiar los 117 canales de donde sacaron 35 toneladas de basura.
Sin embargo el daño sobre el principal destino guerrerense ya estaba hecho; en primera, se perdió el mensaje del gobernador anunciando la apertura del 30 por ciento de los negocios en el puerto y en segunda, queda la percepción de aguas negras derramadas en playas acapulqueñas.
Para deslindar responsabilidades; la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAREN) solicitó una investigación por vertimento de aguas, lo que representa un delito federal. Pero, más allá de este caso, es importante legislar para que no se repitan los mismos problemas todos los años, hacer una buena campaña para concientizar a los ciudadanos de que no arrojen basura a los canales pluviales y ser más severos con las normas del municipio para que se respeten las leyes.
Acapulco duele porque las autoridades estatales se han apegado estrictamente a las reglas de confinamiento, cerrando tanto playas como a todo el sector turístico -pese a la presión de algunos empresarios para abrir antes de tiempo- y sin embargo “la liebre les saltó por otro lado” por lo que tendrán que trabajar aceleradamente para dejar en claro que les importa la sostenibilidad.
@ElCastorOficial