-No soy pitoniso, pero… Así atajé la pregunta con la que presento esta columna, al auditorio reunido convocado para conocer las prospectivas del turismo nacional en el 2020.

-Apenas estoy resolviendo lo de este año -continué mi respuesta- pero denme chance y el lunes les escribo un esbozo en el espacio del Castor.mx (estrategia mañosa para incrementar tráfico en mi plataforma).

Aquí la explicación: Sería una estulticia predecir tan lejos pero tan cerca como 10 años lo que va a suceder en una industria que se transforma a cada instante. El Turismo se explica mejor en una evolución divergente, se adapta rápidamente a las condiciones que se presentan y puede mutar con tal de mantenerse. De ahí la resiliencia.

Lo que si puedo advertir es que son las nuevas generaciones de viajeros las que provocarán cambios que no tienen reversa: el deseo de vacacionar en destinos sostenibles. Aquellos lugares que puedan preservar mejor el ambiente natural, laboral y social, sobrevivirán a la nueva demanda del mercado.

Lo estamos viendo en destinos maduros como el español; desde hace quizá 15 años vengo escuchando que desean dejar la dependencia del producto “sol y playa”. Esta vez fueron alcanzados por la digitalización, los gustos y reclamos de millennials más el cambio climático y ya hablan de una real “transformación” para modificar su modelo, diversificar mercados y desestacionalizar el consumo, porque la verdad, en sostenibilidad tienen esfuerzos menores.

México está a tiempo de transmutar; es necesario evolucionar conscientemente nuestro modelo turístico de sol y playa, que sin estar saturado acusa problemas de urbanismo, (inseguridad, agua, basura etc.)  esto aunado a lo que nos está orillando la globalización como la digitalización el cambio climático y la concientización de los nuevos viajeros, es un esfuerzo doble para adaptarse a las nuevas condiciones.

Lo mejor de todo es que las nuevas reglas mundiales, nos benefician a todos. O cuál es tu opinión, no dudes en expresarla en este espacio.

@ElCastorOficial