“Lo peor que nos puede pasar, es el anuncio de algún virus. En el 2009 perdimos por todos lados; nuestras instalaciones estaban impecables pero no había un solo cliente” así sintetizó Ernesto Coppel, propietario de Pueblo Bonito los efectos de la Influenza A (H1N1) en el 2009.

Ese año está considerado como uno de los peores para el turismo mexicano, entre la pandemia y la crisis financiera internacional, recibimos 11 millones 781 mil turistas extranjeros, 11.4 por ciento menos de los que llegaron en el 2008 que generaron 8 mil 624 millones de dólares, 14.7 por ciento menos que un año antes.

Traigo a colación la crisis sanitaria que padecimos por lo que está viviendo hoy China;  el virus de Wuhan -el brote se originó en la ciudad de Wuhan- es un coronavirus que ha dejado hasta el momento seis muertos y cientos de enfermos por neumonías.

Los científicos lo identifican como coronavirus 2019-nCoV, una cepa sin ningún antecedente en humanos, solo saben que es zoonótico, es decir, se transmite entre animales y personas.

Alarma que las autoridades sanitarias de Estados Unidos anunciaron que ya hospitalizaron en Seattle Washington al primer enfermo del coronavirus 2019-nCoV -esa persona había viajado recientemente a Wuhan- por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó para hoy a una reunión para consensuar si el virus referido constituye una emergencia sanitaria de carácter internacional, como para declarar alerta sanitaria en todo el mundo.

Otro de los efectos negativos que llegan con los señalamientos de contagio de algún virus es la discriminación. Esa fue una constante para miles de compatriotas que viajaron ese fatal año -por cierto, en China muchos mexicanos la padecieron- nos convertimos en los apestados del orbe y fuimos vejados.

Estoy al pendiente de los que pueda expresar la OMS pero mientras tanto seamos respetuosos con la comunidad asiática que nos visita o vive en México, hagamos la diferencia, demostremos que ya aprendimos en el 2009.

@ElCastorOficial