Todo, menos mina

Tratamientos médicos, parque de diversiones, teatro y spa a 120 metros bajo tierra, De verdad que yo vine a Transilvania a ver castillos medievales, paisajes montañosos, festivales musicales y no buscando las huellas que dejó Drácula por la zona. En todo caso, de tener de algún espacio libre por ahí y sin aglomeraciones de por medio, tal vez asomar la nariz por el legendario Castillo de Bran. Precisamente en uno de esos espacios que tuve, la amable señora de la casa donde me alojé me platicó de una mina de sal que es todo, menos mina de sal y me describió el sueño de cualquier vampiro hecho realidad y que está a poca distancia de aquí. 

Se trata de una mina de sal en Turda y la verdad no tiene nada que ver historias vampíricas,  aunque la descripción se antoja para el caso. Este lugar despertó mi curiosidad porque no aparece en ninguna guía turística ni lo había escuchado mencionar jamás y sobre todo, por ser evidentemente, un lugar muy extraño para la recreación. 

Esta mina contiene un depósito de sal que se formó hace al menos 13 millones de años y aunque no se tiene fecha precisa del inicio en que se empezó a explotar, se cree que fue alrededor del año 1075 y fue cobrando auge al paso de los siglos. En 1932, la mina dejó de funcionar de manera definitiva y durante muchos años estuvo abandonada  o siendo usada como bodega hasta que en el año 2010 abrió sus túneles y bóvedas para el entretenimiento familiar. Resulta que la temperatura de la mina de entre 10 y 20 grados centígrados y la humedad de 80% en conjunto con la concentración ideal en el aire de partículas de sal, hacen que en este lugar haya un microclima perfecto para el tratamiento de algunos males respiratorios así que se instalaron cabinas para tratar el asma o la bronquitis y empezaron a tener mucho éxito y convirtieron la mina de Turda en sitio favorito para los turistas y también para los locales. 

La Salina Turda está a 35 km de Cluj-Napoca y en auto se hacen entre 25 y 30 minutos de camino que se hacen un poco largos ante la curiosidad por llegar a este peculiar parque bajo tierra. por lo que es habitual hacer esta excursión desde allí. En coche se tardan unos 35′ por por la E81 (autovía). Si vais desde otras localidades turísticas, ojo con las distancias, ya que muchas carreteras pueden estar en obras o ser bastante malas

La entrada parece una nave espacial de cristal y acero y es la primera muestra de la manita de gato que le dieron al lugar. Tras pagar el boleto, empieza la aventura en la que, por supuesto, las salas tipo museo no pueden faltar. En la parte más alta, está el área dedicada al museo, tiene forma circular y por un lado del pasillo se puede entrar a algunas minas como Theresa, Rudolph y Joseph y por el otro un balcón con excelente vista al lago de sal en el fondo de la mina. La primera parte del recorrido es la Sala de Llamada donde hace siglos los mineros se reunían a la entrada y salida de sus labores, en medio de esta mina están los peldaños de la Escalera de los Ricos, que debe su nombre a que era del uso exclusivo de la clase alta cuando por algún extraño motivo tenían que acceder a la mina. En la Galería Franz Josef está el espacio que se construyó para reducir los costos del transporte de sal hasta la superficie. Tiene 917 metros de largo y el área totalmente estéril mide 526 metros y está protegido por paredes de 40 centímetros de espesor por eso fue usada como bodega de queso muchos años después de haber cerrado la mina. La sala Josef tiene forma de cono y está aislada de las demás, lo cual hace que se produzca eco y resulta muy Muy divertido ponerse a gritar cosas aquí donde los gritos de todos los visitantes se mezclan y terminas por no entender ni el tuyo.  

Más abajo, en la Sala Rudolph a 42 metros desde la superficie , se ven en el techo estalactitas de sal y nos explicaron que crecen en promedio 2 cm por año y cuando alcanzan aproximadamente los 3 metros, su propio peso las vence y se rompen. Aquí se tiene magnifica vista desde el elevador panorámico -por cierto atascado de gente- o bien,  se puede optar por ver todo desde las escaleras o el balcón.  

Gisela, es la sala donde se ubica el área de spa y bienestar. Qué cosa tan extraña y a la vez divertida, venir a darse un masaje o nadar a tantos metros bajo tierra, en este espacio hay una alberca con carriles y toda la cosa y en la orilla varios camastros para echarte a descansar después de nadar, salas de masaje, un gimnasio con toda clase de aparatos para ejercitarse en las profundidades. Aquí se encuentra también un centro de haloterapia ( terapias en cuevas de sal) en el que se ofrecen tratamientos para enfermedades respiratorias como asma, bronquitis, sinusitis y alergias estacionales entre otras. Las terapias de exposición al microclima de la mina de sal, también ayudan a prevenir, disminuir y cuando es posible, a corregir los efectos provocados por agentes contaminantes, emisiones de gas o tabaco. 

Llegar al área recreativa de la mina es una experiencia de lo más extraño y loco que he visto, es fascinante que se les haya ocurrido colocar aquí una cancha de fútbol, ping pong, handball, bádminton, tenis, mesa de billar, campo de golf; hay también una noria -una especie de rueda de la fortuna bajo tierra- , área de juegos infantiles y hasta un escenario que cuenta con 180 butacas en donde se montan obras de teatro, conferencias y conciertos. Todo un parque de diversiones enterrado en las profundidades de Rumania. 

En la parte más profunda de la mina -120 metros-, llegamos a la Mina Teresa que tiene forma de campana donde las estalactitas de sal forman un singular espectáculo en compañía de una impresionante cascada de puritita sal. En estas profundidades se encuentra un lago subterráneo que llega a tener hasta 8 metros de profundidad y en el centro hay una isla que se formó con los desechos de sal que se iban arrojando desde 1880 y alcanza 5 metros de altura. Para disfrutar de estas aguas y su isla, nada mejor que subirse a las barcas que dan al turista un relajante paseo por todo el lago.. 

La reapertura de la mina de sal, tuvo un éxito mucho más grande del esperado y significó un verdadero auge turístico para la zona mezclando la arquitectura modernista con las cualidades naturales del lugar, dando como resultado un espacio recreativo y de bienestar único en el mundo.  

Gabriela Albarrán